Cuento de Navidad para Contar la Historia de los Reyes Magos
Cuando la Magia se transforma en otro tipo de Magia. Una forma de conseguir que esa alegría y esa emoción perdure en el tiempo. Espero que os guste:
«Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes Magos que venían de Oriente guiados por una gran estrella que brillaba en el cielo se acercaron al Portal de Belén para conocerle. Le llevaron al pesebre algunos regalos a modo de bienvenida y como prueba de amor y respeto hacia él.
El Niño Jesús se puso tan contento cuando recibió estos presentes y transmitía tantísima felicidad que el más anciano de ellos, el Rey llamado Melchor, comentó:
–Es realmente maravilloso ver así de feliz a un niño. Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo para que sean así de felices también.
–Es una grandísima idea, desde luego – añadió el Rey Gaspar, el rey de la barba marrón – pero verdaderamente difícil de llevar a cabo. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantísimos millones de niños como hay repartidos por todo el mundo, no hay manera humana de hacerlo.
Baltasar, el tercero de los Reyes Magos, el que tenía la piel de color oscuro, que permanecía muy atento escuchando a sus dos compañeros, comentó entusiasmado:
–Y tanto que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón. Cierto es que somos magos, pero ya somos muy ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero de arriba a abajo entregando regalos a todos los niños. Aunque reconozco que sería realmente precioso.
Los tres Reyes Magos se pusieron muy tristes al pensar que era imposible, que no podrían realizar su deseo.
De pronto, el Niño Jesús, que parecía escucharles muy atento desde su cuna, sonrió y su voz se escuchó en el Portal de Belén:
–Sois muy buenos, queridísimos Reyes Magos, y os agradezco de corazón vuestros regalos, así que voy a ayudaros a realizar vuestro deseo. Decidme: ¿qué es lo que necesitaríais exactamente para poder llevar regalos a todos los niños?
Atónitos e incrédulos, los tres Reyes Magos respondieron:
–Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada una de las casas nuestros regalos, de manera que ninguno se quede sin una sorpresa en Navidad, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
-No os preocupéis por eso – dijo el Niño Jesús – Yo os voy a dar no un paje, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
–¡Sería fantástico! exclamaron los Reyes Magos. Pero, ¿cómo va a ser posible?, preguntaron sorprendidos a la par que incrédulos.
A lo que respondió el Niños Jesús: – Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría que os ayudaran deben querer mucho a los niños?
–Sí, claro, eso sería fundamental—, asintieron los tres Reyes.
–Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
-Y tanto, sí, sí. Eso es lo que pediríamos a un paje- respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
–Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Melchor, Gaspar y Baltasar se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planteando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:
— Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los 3 Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban regalos, yo desde aquí pido que en cada Navidad, conmemorando estos maravillosos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte, regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices».
Va a ser maravilloso darles a conocer esta emocionante historia.
Y para finalizar, si son niños que tienen hermanos o primos más pequeños, deberíamos confiarles este secreto, como mayores que son, para que lo guarden como un tesoro. Tu hermanita/hermanito sabe nuestro secreto desde hace muchos años y no se lo ha dicho a nadie. De ella/de él también estamos muy orgullosos, aunque a veces nos enfademos un poquito. Contamos contigo para que tú tampoco se lo cuentes a tu hermanita/hermanito. Le dejaremos que siga creyendo en la magia de los Reyes Magos un año más.
Un besito muy fuerte de parte de tu Papá – tu Mamá.
¿Qué os ha parecido? Se pondrán muy contentos cuando les contéis este verdadero y maravilloso Cuento de Navidad.
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